viernes, 20 de agosto de 2010
Esta frase tan conocida me la han repetido en varias ocasiones de mi vida y debo reconocer que es del todo cierta.
Cuando uno tiene mucho entre manos, al final todo se deja a medias, así que le toca elegir y llevar a buen puerto algunas de esas cosas o solo una.
En mi caso ando bastante liada con el forovegetariano.org ya que ultimamente se han registrado muchos nuevos vegetarianos o posibles vegetarianos buscando apoyo, ayuda, consejos o solo con ganas de compartir opiniones. Este aumento del movimiento en los ultimos meses no me deja tiempo para apenas nada y es por ello que tengo el blog abandonadísimo. No sé si en algún momento lo retomaré o seguirá en este "stand-by" en el que lo he dejado, solo el tiempo lo dirá. Mientras, seguiré con mi activismo virtual através del forovegetariano y con el real ayudando cuando pueda a Igualdad Animal. ;-)
lunes, 25 de enero de 2010
Igualdadanimal está imparable y es que el uso de animales en la sociedad está tan "normalizado" que es muuuy dificil llegar a los corazones de la gente.
Estos dias ha realizado numerosas protestas contra el uso de pieles.
En Valencia
En Sevilla
En Madrid
En Bilbao
En Granada
................ y lo que te rondaré morena, como decía mi pare
Los animales no deberian ser criados, hacinados, torturados, masacrados ni despellejados solo para complacer al hombre. Se puede y se debe vivir sin causarles daño. Dejemosles vivir en paz.
jueves, 10 de diciembre de 2009
Asi títulaba el diario El Mundo una noticia que publicaba el domingo 6 de diciembre.
Unos 100 activistas se manifestaron de forma pacífica en el centro de Madrid. Su protesta: "la injusticia sufrida hacia los animales no humanos", cuya vida está basada en la explotación, la reclusión, la tortura y el asesinato, todo ello para saciar la gula humana y para entretener a un grupo de insensibles individuos humanos que ven en la humillación y el dolor ajeno un motivo de diversión.
El acto fué de los más impresionantes en los que he tenido el honor de participar. Gente de diversas zonas de España e incluso del extranjero se unieron en un emotivo silencio en respeto a todas esas víctimas del hombre.
Las caras de dolor, de tristeza y de impotencia de los activistas contrastaban con los curiosos y extrañados rostros del público que no podian creer que hubiera más de cien animales muertos tomados en brazos como bebes recien nacidos.
Pollitos, que parecían no haber tenido derecho a llevar una vida digna por no haber nacido gallinas ponedoras. O que murieron entre el ajetreo de cientos de pollitos transportados hacia una picadora que les convertiria en pienso para animales de gran tamaño que luego servirian a su vez para alimentar a los humanos.
Visones que nunca han conocido la luz del sol y que han sido criados y asesinados para arrancarles la piel, muchos de ellos aún conscientes de tal salvajada, con la que confeccionar exhuberantes prendas para que determinados individuos de la especie humana puedan presumir de lujos y riqueza.
Cerditos que no tuvieron la oportunidad de sentir el hocico de su madre contra el suyo ni de aprender esos juegos infantiles junto con sus hermanos, que son tan comunes entre los animales, humanos y no humanos.
Todos estos animales y muchos más, fueron tratados con el mimo y el respeto que no tuvieron durante su corta, y en algunos casos, inexistente vida.
Entre el público se oian comentarios de todo tipo, desde el famoso "qué comemos entonces?" hasta risas y burlas típicas de alguien sin corazón o al menos sin la suficiente educación para respetar la labor y el esfuerzo de otros.
Como siempre, tengo que agradecer a la organización IGUALDADANIMAL que me permita aportar mi granito de arena en ésta dura lucha en la que nos hemos embarcado y darles mi enhorabuena por el fantástico trabajo que llevan realizando desde antes de que yo supiera siquiera que el veganismo existía.
En esta web pueden verse las fotos del acto:
http://www.flickr.com/photos/igualdadanimal/page1/
jueves, 22 de octubre de 2009
Igualdad Animal presenta una investigación sobre las granjas de visones de España
El Equipo de Investigaciones de Igualdad Animal presenta su última investigación sobre las granjas de visones en España acompañado de más de 650 fotografías y varias horas de vídeo que documentan por ver primera la realidad que padecen los animales explotados por la industria peletera.
Una vez más, mostramos la cara oculta de la explotación animal, promoviendo un debate social que nos lleve a dejar de ver a los demás animales como objetos para nuestro beneficio.
Por primera vez en España, podremos ver lo que esconde una industria que se cobra cada año la vida de más de 400.000 animales. Animales que pasan toda su vida encerrados, volviéndose literalmente locos dentro de las jaulas. Animales inocentes que acabarán siendo despellejados para ser convertidos en prendas de vestir. Para esta industria los visones son sólo mercancias de las que obtener un beneficio económico. Para nosotros ellos son seres que necesitan que actuemos y les defendamos como querríamos si estuviésemos en su lugar y fuese nuestra vida la que estuviese en juego.
Hemos inspeccionado cerca de la mitad de las granjas de visones en España en un recorrido por Galicia, el País Vasco, Cataluña, Aragón, Madrid y Castilla-León que se inició en el 2008 y que ha llevado a varios activistas de Igualdad Animal y colaboradores anónimos a entrar allí donde los peleteros no quieren que entremos con el fin de dar otro paso más hacia el fin de esta industria. A pesar de las alarmas, muros, perros y vigilantes, hemos llegado hasta el corazón mismo de esta industria, instalando una cámara oculta en sus propias instalaciones para grabar cómo arrancan la piel a estos animales.
Además de recopilar más de cinco mil fotografías de las que ofrecemos una selección de 650 en alta resolución, hemos podido grabar durante horas las vidas de estos animales en las jaulas, su nacimiento, sus deseos de libertad y su muerte… próximamente presentaremos un documental en el que podremos conocer esta realidad.
En esta investigación pionera en España, podrás ver a visones completamente locos, moviéndose mecánicamente de un lado a otro de las jaulas sin fin, podrás ver cómo las madres son utilizadas como máquinas reproductoras y son apartadas de sus crías, imágenes de partos, peleas de visones entre sí debido al confinamiento al que están sometidos, cientos de cadáveres apilados en contenedores…
En definitiva, podrás ver aquello que la industria peletera no quiere que conozcamos: la historia de horror que se esconde detrás de cada prenda de vestir fabricada con pieles animales.
En nuestra mano está dejar de financiar esta explotación. Tenemos alternativas para vestirnos con prendas de origen vegetal y sintético que no suponen la esclavitud y muerte de animales que al igual que nosotros quieren disfrutar de sus vidas en libertad.
Desde Igualdad Animal seguiremos investigando y documentando la realidad que padecen los animales diariamente en distintos ámbitos, y luchando día tras día para reivindicar un mundo más justo para todos independientemente de la especie a la que pertenezcamos.
Web de la investigación: http://www.PielEsAsesinato.com
Galería fotográfica: http://www.flickr.com/photos/igualdadanimal/sets/72157622484756111/
Vídeo: http://www.vimeo.com/7180004
viernes, 21 de agosto de 2009
El animalismo, terrorismo o excentricidad
Está visto que colaborar activamente en la lucha contra el maltrato a los animales es ganarse la etiqueta de “rarito”. Y no me refiero a que te la coloquen los que cazan, los que alancean un toro en Tordesillas, los que lo abrasan en Medinaceli, aquellos que despellejan visones o los que hacinan gallinas ponedoras en una granja; esos tienen otros epítetos para los animalistas: sectarios, terroristas, drogadictos, hasta el de “comunista” he llegado a escuchar. Les falta el de “masón” para parecerse a un cazador, pescador y firmante de penas de muerte que yo me sé. Digamos que su lenguaje, como vehículo de sus pensamientos, es el propio de individuos bastante ariscos e insociables y que cuando hablan es como cuando disparan, ahorcan, ensartan la lanza o muelen a palos a un animal: un derroche de violencia parejo a una falta absoluta de ética y de civismo.
La cuestión es que hay personas que si bien no se preocupan en absoluto por el sufrimiento al que los animales se encuentran sometidos en este País, tampoco contribuyen al mismo al menos de forma activa, lo que no quiere decir que no consuman productos cuya obtención, haya supuesto el padecimiento y la muerte de estas criaturas o que no participen en actividades generadoras de maltrato animal, como circos o zoológicos. Pues bien, estos digamos “indiferentes”, son los que en su mayoría, catalogan de excéntricos a los animalistas y los contemplan como una especie de iluminados que habitan en otra dimensión y cuyas reivindicaciones les suenan delirios de lunáticos.
Yo me pregunto si estas personas se han parado a analizar qué es realmente el movimiento animalista y cuáles son las premisas en las que se basa, o simplemente se están dejando llevar por costumbres adquiridas durante milenios y son producto de una educación que en ocasiones, aliena más que dota del talento para reflexionar con espíritu crítico acerca de nuestra existencia y la de todo aquello que nos rodea.
Una chica puede pasearse con el tanga por la casa del “Gran Hermano” que antes o después, se creará su club de fans y será invitada a diversos programas de televisión. Pero si a otra se le ocurre tumbarse frente a una plaza de toros en ropa interior y con unas banderillas ensangrentadas a la espalda, será una de esas “chaladas” que están en contra de las corridas. ¿Y eso por qué ocurre?, pues porque en esta Sociedad domesticada y con una capacidad para el análisis bastante abotargada, todo vale mientras no vaya contra el Sistema y sobre todo, si no afecta a nuestros intereses, y cuando me refiero a éstos es porque no se tiene en cuenta más que el perjuicio propio, por ridículo que sea, sin pensar en las consecuencias, a veces mortales, que para otros pueda implicar nuestro “bienestar”.
Decir que no a la caza deportiva, a los festejos taurinos, a la industria de la peletería, a las granjas intensivas o a los circos con animales, es darse de bruces con leyes que amparan esas actividades por lo tanto, pedir su desaparición, es convertirse en un elemento incómodo para una estructura social consolidada que teme los cambios, ya que éstos pueden alterar un orden establecido que es la base de la autoridad a la que estamos sometidos. Por eso a Usted le toleran actuar “libremente” siempre y cuando no se atreva a poner en duda la legalidad vigente. “Os permitimos que abráis protectoras con vuestros medios, pero no se os ocurra exigir que los ayuntamientos dejemos de sacrificar perros”. Es un ejemplo de esta política colmada de desafueros sociales y morales.
Y luego tenemos a los ciudadanos, tan modernos, tan progresistas y civilizados. Siempre dispuestos a colaborar con unos euros en una ONG, a reciclar la basura o a llorar viendo Bambi con sus hijos. Pero cuidado, que a nadie se le pase por la cabeza privarles de los encierros, impedirles contemplar a José Tomás en una de sus artísticas faenas sangrientas, quitarles de la estantería del Hipermercado los huevos cuyo código empieza por 2 ó 3, despojarles de la licencia de caza o decirles que no se coman en un restaurante una langosta que han cortado viva. La solidaridad está muy bien mientras ellos no hayan de variar ni un ápice sus gustos o costumbres. Por eso, cuando ven a unos cientos de personas con pancartas que hablan de la “Liberación Animal”, lo primero que se les ocurre pensar es: “ya están haciendo de las suyas esa pandilla de perturbados y radicales que nos quieren quitar lo que siempre ha sido así”.
“Lo que siempre ha sido así...”. He ahí una definición del egoísmo cuando esa expresión equivale a decir: “No aceptaré ningún cambio que pueda afectarme lo más mínimo”. Y esa es la verdadera fuerza de los que son crueles de tantas formas con los animales, que no está tanto en su conducta criminal – crimen al menos moral, ya que todavía no lo es legalmente - sino en la indiferencia cómplice de los que sin torturar, contribuyen a la tortura, y sin matar son colaboradores en esas muertes. Por muchos que sean, que tampoco son tantos, los verdaderos causantes del padecimiento extremo y del “asesinato” de animales, nada podrían hacer si el resto de los ciudadanos se declarasen en contra de estas prácticas espantosas con seres vivos. El silencio es una complicidad muy efectiva.
Pero entre la violencia de unos y el egoísmo de otros, entre los intereses de los primeros y la comodidad de los segundos, el resultado es que siguen muriendo cada día millones de animales en una sangría que no tiene comparación con ninguna otra. No existe en ámbito alguno sufrimiento que exceda en número de víctimas al que padecen los animales. Y por favor, que no venga ninguno de los del primer párrafo o del segundo, diciéndome ahora que de mi frase se deduce que no me importa el dolor en el hombre. Ese argumento tan corrompido como aquellos que lo emplean, es una más de las falacias indignas con las que tratan de desacreditar al movimiento animalista, a cuyos miembros, por cierto, les suele preocupar y mucho el padecimiento humano, tal vez a diferencia de la mayoría de los que utilizan contra ellos precisamente esa acusación, que por importarles, se importan tan sólo ellos mismos.
Lograr que usos y costumbres aceptadas y empleadas durante siglos desaparezcan es una labor titánica y muy lenta, porque el ser humano, a pesar de su condición de gregario, tiende a aislarse en lo que se refiere a cuestiones de empatía con el dolor ajeno. Somos una comunidad inmensa con problemas compartidos pero nuestra concepción de los mismos es individualista, he ahí el arma de los causantes del sometimiento de tantos seres vivos, y si esa es nuestra actitud cuando se trata de animales humanos, qué no será cuando los afectados carecen de racionalidad: pues que pasamos incluso a desempeñar, y muy gustosos, el papel de opresores y de verdugos. La revancha por nuestra propia debilidad, la solemos descargar contra aquellos que padecen mayor indefensión todavía que nosotros.
Hoy somos una especie de terroristas para algunos y una suerte de orates para otros. Algún día, nuestras exigencias de ahora, serán ley y pasaremos de ocupar el papel de villanos, al de abanderados de una causa justa. Pero mientras tanto, millones de ciudadanos coadyuvan a esta lacra vergonzosa del maltrato a los animales, unos por acción, otros por omisión y la Administración, como siempre, viendo qué chaqueta se pone para gustar más a la afición y recibir el aplauso electoral.
Me gustaría que todas esas personas que tienen un perro, un gato, un canario o un caballo, se imaginasen a su “compañero” siendo ahorcado, ahogado, reventado a perdigonazos o con una tranca permanentemente aferrada a su pata, seguro que en la mayoría de los casos se les revolverían las entrañas y lucharían contra semejante crueldad. Pues ahora, que me expliquen la diferencia entre su “amigo irracional” y todos los perros de cazadores, jabalíes, zorros, visones, gallinas, toros, caballos, ocas o palomas que mueren entre terribles sufrimientos mientras ellos, no hacen nada por evitarlo. Y es que poco tiene que ver el dolor si es mi hijo el que lo padece, con el de un niño palestino, ¿verdad?, pues algo parecido ocurre con los animales, que mientras a mi perro no lo toquen, da igual que en la perrera que hay a quinientos metros de mi casa, los sacrifiquen a la semana de ser capturados o que le atraviesen con acero los pulmones a seis toros en la plaza que hay a un kilómetro. Y los que protestan contra eso son peligrosos extremistas o simples majaretas, dependiendo de mi grado de afición a la tauromaquia. Entre crueldades, cobardías y egoísmos, chapoteamos cada día en un mar de sangre ajena.
Autor: Julio Ortega Fraile
martes, 21 de julio de 2009
Ayer comentaba con mi pareja los terribles sucesos acaecidos estos dias con dos menores, una en Valencia y otra en Huelva. Esas dos criaturas fueron violadas por sendos grupos de adolescentes, menores tambien. Es algo horrible que no cabe en mi cabeza que pueda suceder, a pesar de que continuamente estan pasando cosas tremendamente malas en el mundo.
Cuando hablamos de estas cosas, la gente dice que siempre han pasado pero que antes no se divulgaban tanto. Dicen que en el mundo siempre ha habido gente mala capaz de hacer atrocidades sin importarles lo mas mínimo los sentimientos de otros, que siempre ha habido quien, quitarle la vida a otro, no le ha parecido dificil ni le ha supuesto remordimiento alguno. Pero yo creo que esto cada vez va a peor, creo que la sociedad cada dia está mas enferma, o se está volviendo más cruel. Parece que ultimamente a nadie le importa causar daño, a nadie le importa lo que otros sufran, a nadie le importa la vida de los demás, solo la suya propia.
Entonces yo hablo del respeto a todas las vidas, a los humanos, a los perros, a los gatos, a los ratones, a las vacas... y la gente me dice que no es lo mismo, que no es igual hacer daño a un animal que hacerselo a un humano, y yo.... siplemente no entiendo la diferencia. No entiendo que diferencia hay si a todos les duele lo que se les hace, si todos sufren, si todos quieren vivir en paz, si todos desean ser felices y nadie quiere morir, ni ellos, ni nosotros.
Hablo de que si desde pequeños se nos inculca respeto por una vida tan pequeña como una hormiga, y aprendemos que esa hormiga no quiere morir y por lo tanto intentaremos no pisarla, cómo entonces seriamos capaces de hacer daño a otro ser humano? si no somos capaces de abandonar a un gato, apalear a un perro, degollar a una vaca... cómo ibamos a ser capaces entonces de torturar a un humano, violar a una niña o pegar a un anciano?
Nadie nos enseña a respetar las vidas ajenas. En esta sociedad no hay valores de respeto y de amor, asi que no comprendo como sigo escandalizandome cada vez que pongo las noticias.
miércoles, 1 de julio de 2009
Cada día que pasa, cada experiencia nueva en la vida, me voy dando cuenta de que los corazones humanos se están enfriando. La gente no se sensibiliza con nada, todo les da igual, su único interes en la vida es pasarlo bien, ganar dinero con el que divertirse o con el que comprar cosas materiales y luego lucirlas ante los demas para creerse mejores, correrse juergas... y todo a costa de lo que sea, animales o incluso otras personas.
Desde que soy vegetariana he vivido muchas situaciones dificiles de llevar para alguien con ideas como las mias en un mundo como este, pero lo de ayer fué algo diferente, ni siquiera tenia que ver con el vegetarianismo, sin embargo sí tenia que ver con los sentimientos, con la sensibilidad y la compasión.
Paseaba con el "grupo de perros" con el que saco a Heidy todos los dias y de pronto, en la cera de enfrente, oimos unos golpes, miramos y habia un chico de unos veintitantos, de complexion grande, dando patadas al escaparate de una tienda, menos mal que parecia de plastico duro porque sino la habria roto. En tio de dentro salio pegando gritos y por la cera llegó corriendo otro tipo que debia ser el padre del chico. Cuando llegó a la altura del muchacho le soltó una ostia bestial en toda la cara y luego una en la colleja. Me quedé blanca. Entonces uno de los chicos del "grupo de perros" dijo que ese muchacho estaba mal de la cabeza, que lo habia visto ya por el barrio haciendo cosas raras, vamos que debia ser un pelin discapacitado. Total, que se me ocurrió decir que cómo no iba a estar mal de la cabeza si el padre le daba esas ostias.... no podreis creeros lo que pasó a continuacion... Los tres chicos que iban conmigo empezaron a decir que el padre habia hecho bien, que le tenia que haber dado mas fuerte, que si fuera hijo suyo le habian molido a palos... y yo alucinando en colores, les decia una y otra vez: -"pero os estais oyendo? , no puedo creer lo que decis.... que es un muchacho retrasado joder, de veras decis esas cosas en serio??" ... y estos que sí, que si en lugar del escaparate hubiera estado yo alli las patadas me las habria dado a mi y que a la gente asi hay que pararle de alguna manera, que no se sabe lo que es hasta que se vive todos los dias con alguien asi... (mientras, el padre seguia en la calle discutiendo con el de la tienda y soltando alguna que otra leche al chico) Yo seguia flipando y repitiendo una y otra vez que el muchacho estaba enfermo y que no me parece logico que se le de de ostias a un enfermo que no sabe ni lo que hace... Tras esos minutos de discusion, que me parecieron sacados de una pelicula surrealista les dije que se me hacia tarde para correr y me largué.
Aún sigo preguntandome como es posible que alguien crea que debe golpearse a una persona con un retraso mental que no está en disposicion de saber si hace mal o bien. Ya me pareceria mal que hubiera golpeado a un muchacho sano...¿¿ pero a uno enfermo??? Dios! ¿cómo puede tenerse el corazon tan frio para hacer algo asi? ¿y como otro puede pensar que eso que ha hecho ese individuo está bien e incluso debia haber sido mas duro aún?
Esta sociedad está enferma. Su corazon se enfría por momentos y su sensibilidad está desapareciendo... o quizá la mia ha aumentado más de lo que deberia para poder sobrevivir en este asqueroso mundo.